Hoy día de Montserrat he cumplido 51
años. Es cierto que cumplir años es una satisfacción y hay motivos para
celebrarlo. La vida esta llena de pequeñas cosas (normalmente las que no damos importancia y las que el
estrés del día a día no nos hace valorarlas como se merecen) que hace
que la vida valga la pena. Ver el amanecer, el amor, una charla con los
amigos, compartir objetivos e ilusiones con los demás… Éstas son las cosas realmente importantes.
Miro hacia atrás y pienso que la vida se ha portado bien conmigo, No puedo
quejarme. Ahora, tampoco me han regalado nada. Todo a base de lucha, empeño,
esfuerzo, algún que otro sacrificio. Pero
tengo motivos para estar tremendamente agradecido.
Cincuenta y un años de los cuales muchos de ellos los he dedicado a
intentar que este mundo cada día fuese un poquito mejor, a dejar a los que nos
preceden un mundo , al menos, un poquito mejor, más justo, más solidario, más
libre… que el que nosotros nos
encontramos. Ciertamente habíamos conseguido muchas cosas. No ha sido
fácil pero conseguimos avanzar en educación, salud, derechos civiles… Por ello
me entristece tremendamente ver como en un tiempo record todas esas conquistas
se están quedando en nada. Como se esta desmantelando todo lo conseguido. Como
en definitiva, sino hacemos nada, a mis
hijas, a nuestros hijos les dejaremos un mundo mucho peor que el que nosotros
encontramos y quisimos y conseguimos cambiar y mejorar. Pero una vez pasada la
tristeza tiene que venir la rebeldía. No podemos conformarnos. No podemos
aceptar que tanto sacrificio se quede en nada.
Lo conseguimos una vez y volveremos a conseguirlo de nuevo, ni un paso
atrás.
José Orive Vélez